Una de las tradiciones que
siempre esperamos todos los del sureste-Campeche, Yucatán, Q. Roo- es la de el
de día de muertos, sabemos que en toda nuestra república mexicana se vive de
igual manera como nosotros, la característica que tenemos los sureños es la de
lo que nosotros llamamos “Pibipollos”… es una comida que sin lugar a duda
anhelamos ya que solamente una vez al año se come y que nunca falta en los
altares de nuestros familiares y que de igual forma es una manera de poder reunir
a toda la familia para recordar a nuestros fieles difuntos poniendo el altar
tradicional de nuestra región.
Las características de los
altares de muertos varía de acuerdo al lugar donde vivimos en Campeche ya que
el altar de Champotón, seybaplaya, Campeche, Tenabo, Pomuch y más municipios
pues cambia ya que cada lugar tiene su esencia de cómo lo vive… pero la común
es esta: en una casa común y corriente no se pone como cuando se hace un
concurso de altares de muertos, esta es más sencilla y se pone de acuerdo al
que se hace honor el altar-difunto- se coloca al centro de la casa una mesa que
tiene un mantel que es bordado en punto de cruz, se coloca diferentes futas de
la región, mandarina, naranja, jícama, elote, además comida se ofrece caldo de
pavo, puchero, cualquiera otra. Para tomar chocolate, cerveza, refresco… las
velas que adornan son largas y oscuras. No pueden faltar las flores por excelencia
dan el toque aromático.
El “pib” lo realizan las señoras
desde que se levantan, preparan un tipo estofado de pollo que es lo que se pone
a dentro del pibipollo…. Para empezar, se colocan hojas de plátano en forma
circular o extendida las hojas cruzadas, la masa con manteca se pone como si
fuera una tortilla que en sus lados se le coloca las orillas de las misma masa
la cual debe de estar gruesa para que pueda aguantar el relleno de pollo que
hable con anterioridad; después de verter la mezcla se pollo se hace la tapa
que es una tortilla de masa del tamaño de la boca del pi… de ahí se cubre todo
el pibipollo con las hojas de plátano y se amarra con las tiras que están en el
centro de la misma hoja con la que se forro. Continuando se lleva al hueco que
se ha hecho para su utilidad… el hueco en la tierra se colocan dos palos que
cruzan a lo largo que deben de ser gruesos para que soporten todo el peso de la
leña que se coloca arriba de ellos, ya puesta la cama llena de leña enseguida
colocan piedras grandes y bastantes encima de la misma cama de madera que estas
harán que cuando se prenda sean las encargadas de calentar los pibipollos para
el cocimiento. En fin… se enciende la leña y hasta que caiga ya quemada las
maderas se extiende la piedra por donde se colocaran los “pib”, no se deja
pasar mucho tiempo y se colocan en todo el espacio del hueco los pibipollos que
den y se cubren con ramas y enseguida la tierra para tapar completamente el
hueco sin que de ella salga algún vapor de lo caliente de las piedras.
Ya después de dos horas de espera
se desentierran los pib y se colocan en la mesa para que de esa manera se
realice un rosario o fin de novena, después de ello ya se puede comer lo que
hay en la mesa y con ello un día normal en que celebramos a nuestros fieles
difuntos.